Sarah Stanton, Asociada Senior del Programa de Educación del Diálogo Interamericano, habló con Wendy Mata de ¡Inicia Vocación Docente! CRC 81.9 sobre la nueva Declaración sobre la Formación Inicial Docente, realizada por la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente.
La conversación del miércoles 4 de noviembre abordó los mecanismos actuales de regulación de calidad de la formación inicial docente, así como el rol de prácticas docentes dentro de los marcos de competencias y la formación teórica en instituciones de formación inicial docente.
Cuéntenos un poco sobre la última publicación de la Coalición sobre la Formación Inicial Docente. ¿Cuál fue el proceso de producirla y qué dice?
“La última publicación toca el tema de la formación inicial docente, que es uno de los cuatro ejes centrales que establecimos en la Agenda de la Coalición. El proceso para producirla realmente cambió radicalmente de lo que habíamos imaginado originalmente, eso se debe a la pandemia de Covid-19 que estamos viviendo todos ahora. Originalmente, nos íbamos a encontrar en la República Dominicana para una jornada de dos días de trabajo, pero en marzo sí hizo evidente que eso no iba a ser posible y nos vimos forzados a suspender el encuentro presencial. En su lugar, convocamos un conjunto de grupos de trabajo virtuales para abordar las preguntas centrales del tema y generar una propuesta de recomendaciones para responder esas preguntas. Luego en una sesión plenaria, siempre virtual, validamos y aprobamos las recomendaciones como Coalición para producir la versión final de la Declaración, la cual representa un proceso de trabajo colectivo y colaborativo a lo largo de varios meses.”
“En esta Declaración, afirmamos que existen elementos de la formación inicial docente que debieran ser universales por su naturaleza de condiciones fundamentales para asegurar la calidad. Entre ellos se destacan: procesos rigurosos de selección e ingreso a la formación inicial; un marco de competencias docentes articulado con los currículos nacionales; y experiencias prácticas para que los futuros docentes apliquen sus aprendizajes y tengan espacio para reflexionar críticamente con mentores. Además, es importante contar con sistemas de acreditación y regulación de la calidad de las instituciones formadoras para asegurar el cumplimiento de los aspectos esenciales de la formación inicial docente.”
¿Qué procesos de regulación de calidad de la formación inicial docente existen actualmente en América Latina? ¿Cómo se las puede fortalecer? En el Caso de Costa Rica, por ejemplo.
“La regulación de las instituciones de formación inicial docente en América Latina se caracteriza por la diversidad de sistemas, modelos y mecanismos que existen para tal fin. Hay varios factores que actúan en conjunto para definir la regulación, entre ellos el grado de descentralización del sistema de formación inicial, la gestión de la institución (ej., pública o privada) y los mecanismos de rendición de cuentas que se aplican. En este contexto, el rol de los Gobiernos para regular la calidad es fundamental. Son ellos quienes deben desempeñar una función principal en la evaluación de las instituciones, en establecer los objetivos en términos de la oferta de la formación inicial a nivel nacional, y en diseñar e implementar sistemas y procesos de acreditación institucional. Para cumplir este papel, los Gobiernos tienen a disposición varios mecanismos y herramientas que incluyen los sistemas de evaluación y acreditación, el diseño curricular, y la selección y evaluación de los formadores de docentes.”
“Para hablar un momento de los sistemas de acreditación, que yo se que representan un tema muy importante en países como Costa Rica, recomendamos que sean obligatorios, habilitantes e independientes a las propias instituciones y con una cierta periodicidad, por ejemplo, cada cuatro años. Al mismo tiempo, reconociendo aspectos como la autonomía universitaria, para reforzar su rol e influencia, los sistemas escolares públicos pueden establecer, dentro de sus requisitos de contratación, que los docentes provengan de carreras acreditadas, o bien se podría asignar un puntaje específico para dar reconocimiento a las mencionadas carreras.”
“Queremos ser claros que estos sistemas de acreditación deberían evitar privilegiar la burocracia o el cumplimiento de tareas administrativas, sino que tengan como norte el aprendizaje y la formación de docentes de calidad, efectivos. La contratación y evaluación de formadores es otro aspecto crítico de la calidad. La contratación debe ser realizada de manera competitiva y meritocrática. Los formadores deben estar sujetos a una evaluación de desempeño periódica que debería contar con el apoyo técnico de entidades independientes y autónomas para su diseño y validación. Así mismo, es necesario establecer la obligatoriedad de una actualización permanente en las instituciones de nivel superior reconocidas y acreditadas para ofrecer la formación docente inicial.”
Mencionan también las experiencias prácticas para los docentes noveles. ¿Cómo se articulan estos procesos con el marco de competencias y con la formación teórica en las instituciones de formación inicial? ¿Por qué son tan importantes estas experiencias?
“La práctica docente es parte vital del proceso de formación del futuro docente. Es dinámica y contextualizada ya que debe atender a las particularidades de los distintos países de la región, así como a las singularidades de cada institución formadora. Para que los futuros docentes puedan dar sentido a sus experiencias durante sus prácticas, vemos necesario una estrecha relación entre la teoría que reciben los futuros docentes en las instituciones formadoras y la realidad a la cual se enfrentan en los espacios de práctica. Un buen sistema de formación inicial requiere darle la suficiente importancia a las prácticas docentes como componente esencial de la formación.”
“Los programas de prácticas docentes deben fundamentarse en los Marcos de Competencias propios de cada país. Por ello, recomendamos que se realice una revisión profunda de los procesos y las políticas de las experiencias prácticas para así establecer su vinculación concreta con los marcos de competencias. La intención es que el docente en formación tenga oportunidades de desarrollar las competencias esperadas a lo largo de su formación inicial, que también serán claves para garantizar una inserción exitosa en el espacio laboral y en la continuidad de su carrera docente. Además, en la Declaración afirmamos que, desde los primeros ciclos del programa, el docente en formación debe tener oportunidades de desempeñar prácticas docentes, partiendo de la observación y evolucionando según avance en el programa de formación inicial y con el acompañamiento de los actores involucrados, como mentores o colegas.”
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