La Nicaragua de julio de 2024 es muy diferente a lo que comúnmente se ha visto y vivido en los últimos diez años. Es el lugar en que ha desembocado un estado policial, corrupto, oportunista y mentiroso. A 45 años no se celebra un triunfo, se revive un Déjà vu.
En Nicaragua el estado de la economía está totalmente capturado por un régimen que se enriquece a costa del pueblo y el endeudamiento externo. En 2024, la economía crecerá igual que en 2023 gracias a las remesas y los préstamos, pero en vez de distribución equitativa de la riqueza, lo que hay es concentración del dinero para los nuevos ricos del régimen.
La propaganda Ortega-Murillista del “buen gobierno” contrasta con la realidad que agobia a los nicaragüenses. El régimen prioriza el gasto e inversión en carreteras a costa de la inversión social, en momentos en que el país se encuentra en una situación desesperante por la precariedad de su capital humano.
En una entrevista con La Prensa, Manuel Orozco, director del programa Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, conversó sobre la concentración de poder del régimen Ortega-Murillo en Nicaragua, la economía nicaragüense y sus perspectivas sobre la reorganización del país.
Dictatorial repression in 2024 will continue to cause irreversible social losses in Nicaragua. Thanks to migration and the flow of remittances, the economy will grow by inertia and not due to the economic policies from the Christian and solidarity-based government.
La reciente declaración final del equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) pone de relieve hechos e inconsistencias en la redacción del documento, pero también crea la oportunidad para que la misión del FMI tome en serio su propio diagnóstico y recomendaciones y realice una evaluación sobre las vulnerabilidades de la gobernabilidad y confirme que en Nicaragua se ha producido una “captura del Estado.” De otra forma las consecuencias de su aval al régimen Ortega-Murillo serán devastadoras para los nicaragüenses y para la credibilidad del FMI.
En una entrevista con Esta Semana y Confidencial, Manuel Orozco, director del programa Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, conversó con Carlos F. Chamorro sobre el rol del sistema interamericano en promover cambio democrático en Nicaragua, el uso de las sanciones y la política exterior del régimen Ortega-Murillo entre otros temas.
Las sanciones internacionales contra los actores cómplices de las atrocidades cometidas en Nicaragua han surtido el efecto de disminuir su influencia, y siguen arrinconando a los perpetradores. Contrario a las mentiras de Rosario Murillo, las sanciones no afectan al pueblo porque éstas poseen precisión en el impacto. La sanción es un es un juicio justo frente a la privación física, económica y política que ha causado la dictadura.
La confiscación de la Universidad Centroamericana de Nicaragua, la UCA, ocurre en el contexto de la conformación de la dictadura familiar Ortega-Murillio en un tipo totalitarista con rasgos de tipo Talibanesco en Nicaragua. En particular, esta crisis política de Nicaragua está dibujada por este tipo de gobierno y la fuerza que posee en la etapa en que se encuentra.
La decisión de eliminar el deslizamiento anual de uno por ciento o más de devaluación gradual del tipo de cambio es un control de precaución monetaria ante la creciente inflación asociada con un aumento de las importaciones y un mayor encarecimiento en 2024.
La siguiente presentación publicada por el Diálogo Interamericano investiga la coyuntura económica actual en Nicaragua y refleja el análisis de Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarollo.
Manuel Orozco, director del Programa de Migraciones, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, compartió su análisis sobre la situación de Nicaragua en el 2022 en Confidencial. Según Orozco, Nicaragua será afectada por el desempleo, ingresos limitados, contracción crediticia, endeudamiento externo y aislamiento internacional. Asimismo, Orozco examinó la emigración de nicaragüenses y el incremento de envío de remesas en medio de la crisis.
El 2021 será el cuarto año en que la prosperidad económica estará lejos del alcance de los nicaragüenses. La caída de ingresos es bestial, cientos de miles de personas sin percibir ingreso, con la mayoría de los trabajadores percibiendo un mes menos de lo que ganaban en el 2019, y prácticamente diez meses menos de cómo estaban en el 2017.