New Bipartisanship Over Haiti is Promising
The sudden U.S. presidential unity on Haiti is promising, because Haiti has long been the subject of bitter partisan bickering in Washington.
En una entrevista con CNN en Español el 15 de marzo de 2024, Manuel Orozco, director del programa Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, conversó con Gabriela Frías sobre la crisis humanitaria en Haití, sus consecuencias migratorias y la respuesta del gobierno de los Estados Unidos a una nueva ola migratoria proyectada.
Q: ¿Qué tan válido ves tú — o legítimo — el temor que reporta la Casa Blanca de que aumente la migración haitiana?
A: “Es realista y válida en el sentido que la migración haitiana ha venido ocurriendo prácticamente mucho antes del asesinato del presidente Moïse y hay una tendencia creciente. Solamente el año pasado fueron 200,000 personas las que llegaron a la frontera y solamente el mes pasado y el antepasado fueron 20,000 haitianos. Entonces, en la intensificación de esta crisis definitivamente significa que el desangre humanitario que se está produciendo va a continuar y puede que vaya a crecer aún mayor proporción y Guantánamo se puede convertir en otro destino temporal para miles de haitianos que quieren salir de la isla.”
Q: ¿Ya tienes proyecciones de lo que esta crisis...puede generar en términos de éxodo de personas?
A: “En los últimos meses, han sido alrededor de 20,000 personas mensuales las que han estado saliendo. Esa básicamente puede ser la tendencia por lo menos para los próximos tres o cuatro meses y fundamentalmente es un tercio más de lo que venía ocurriendo en el 2023 que eran alrededor de unas 12,000-13,000 personas que estaban llegando a la frontera con México y Estados Unidos...”
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The sudden U.S. presidential unity on Haiti is promising, because Haiti has long been the subject of bitter partisan bickering in Washington.
The worldwide outpouring of support for Haitians from governments and ordinary citizens has been extraordinary. But this heroic phase of the emergency response is drawing to a close.
After a 7.0 magnitude earthquake struck Haiti, the aftershock reached China in ways that few anticipated.The earthquake forced Chinese leaders to navigate the tricky politics of disaster relief.