Minister Vélez leaves

˙ PREAL Blog

As Colombia prepares to inaugurate a new president, it is worth noting the positive appraisal of its outgoing minister of education, Cecilia María Vélez, expressed in the following editorial in El Tiempo, the country’s newspaper of record. Vélez is just one of two ministers who managed to survive the entire eight years of Uribe’s presidency. As the editorial notes, her energy and consistent approach to policy have led to noted progress, particularly in the area of student assessments. Ministers of education seldom step down with such applause.

Vélez will begin a stint as a visiting professor at the Harvard University Graduate School of Education in September.

 

Julio 27 de 2010

Un punto muy alto

En estos días de balances a raíz de la próxima transmisión del mando presidencial, el Ministerio de Educación Nacional es una de las entidades que reporta logros más significativos. Liderado por Cecilia María Vélez, una de los dos sobrevivientes del primer gabinete uribista del 2002, la ‘revolución educativa’ constituye un positivo legado institucional para el entrante gobierno de Juan Manuel Santos.

A pesar de que puede no tener la espectacularidad de otras decisiones, es imposible no reconocer el acierto que representa la escogencia de la ministra Vélez, pero sobre todo su permanencia por ocho años seguidos al frente de un ministerio acostumbrado a constantes relevos y a nombramientos políticos. Protegida de los vaivenes de dos mandatos, esta funcionaria profundizó y extendió a todo el país los impulsos que ya le había dado al sector en la capital. La educación, como pocas áreas en este gobierno, refleja los beneficios de la estabilidad en el liderazgo y de la consistencia en las políticas públicas.

Una manera de analizar una gestión ministerial es preguntarse por el estado de los retos permanentes en cada cartera. Con respecto a la cobertura, los resultados son sobresalientes. En educación secundaria, el país pasó de una tasa neta de 79,4 por ciento en el 2002 a 105 en el 2010, y en media, de 57,4 por ciento a 79,4 en el mismo período. Estos avances son aún más notables si se tiene en cuenta que se dan en la edad donde los menores son susceptibles de desertar de la escuela. Vélez y su equipo también encararon el duro cuello de botella de la educación superior: del 24,4 por ciento de cobertura al inicio del gobierno Uribe se pasó al 35 por ciento. Esto implicó el ingreso de unos 570.000 nuevos estudiantes a este nivel.

Otro desafío es el de la infraestructura escolar. En estos ocho años, el Ministerio invirtió, en conjunto con las entidades territoriales, 1,2 billones de pesos en la construcción de 12.732 aulas, que benefician a 649.410 niños. Además, más de 5 millones de estudiantes pobres no tienen que pagar por su educación, y la mitad de matriculados en instituciones públicas reciben alimentación escolar.

Un progreso sustancial de la gestión de la ministra Vélez y de la dirección del Icfes se relaciona con la evaluación -área de especialización de este instituto-. El próximo gobierno cuenta con una completa base de datos con mediciones como Saber, las pruebas de Estado para la educación superior, y los Ecaes para estudiantes universitarios, útiles para la toma de decisiones sobre los vacíos en el aprendizaje. Así mismo, el país participó en prestigiosas evaluaciones internacionales, que permitirán comparar globalmente los conocimientos de los niños colombianos con los de otras naciones. A esto se suma la destacable participación voluntaria de 33.000 maestros en la evaluación de ascenso y reubicación salarial, realizada este año.

Precisamente, el rechazo del sindicato Fecode a los concursos y demás mecanismos de mejoramiento de la calidad de los docentes es uno de los nudos políticos que le esperan a la ministra designada, María Fernanda Campo. En sus primeras declaraciones, la presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá ha identificado la calidad como el énfasis de su misión. Los saltos importantes en las tasas de cobertura, en especial de la educación superior, generan presiones sobre la capacidad de los egresados y la pertinencia de su formación en un cada vez más difícil mercado laboral.

Los desafíos evolucionan y a veces permanecen. Cecilia María Vélez se despide de la cartera de Educación con una sobresaliente gestión que transformó, como pocas, los resultados y las cifras de un sector fundamental para el desarrollo social y económico del país. Mantener ese nivel es el primero de los retos para sus sucesores.