La línea dura sobre la presencia de China en America Latina representa tal vez el cambio de política más importante en comparación con la administración de Barack Obama. El mensaje es claro: Estados Unidos debería ser el socio preferido de America Latina. Sin embargo, obligar a America Latina a elegir entre Estados Unidos y China es contraproducente. Por razones pragmáticas, la mayoría de los gobiernos de la región desean establecer relaciones con ambos países que sean más ventajosas para ellos.