Un nuevo tipo de programa de incentivos que ofrece dinero en efectivo a los estudiantes que demuestran buenas prácticas educativas — como buena asistencia, lectura, y mejoramiento de su rendimiento escolar. Experimentos pequeños y programas pilotos con estas características habían sido desarrollados antes (en las escuelas KIPP y el Harlem Children’s Zone, por ejemplo). Sin embargo, nada se ha hecho a este nivel y tan rigurosamente como el programa pago por rendimiento (con distintos nombres en cada ciudad), coordinado por la Universidad de Harvard. Iniciado en el 2007, sus programas han desembolsado casi $6 millones de dólares a unos 20.000 estudiantes pobres en New York, Dallas, Chicago y Washington, DC. Los mejores estudiantes pueden ganar hasta $1,500 al año.
Los programas son el producto de Roland Fryer, el profesor permanente de Economía más joven de la Universidad de Harvard. Él mismo fue el producto de una niñez carente y sus propias vivencias y su trabajo académico como estudiante de doctorado le ayudaron a formar los conceptos que dieron pie a estos programas, que ahora se han convertido en el proyecto principal del Laboratorio de Innovación Educativa de Harvard. Los programas y la investigación relacionada son auspiciados por fundaciones privadas, entre ellos las Fundaciones Broad, Gates y Ford. Sus resultados son monitoreados rigurosamente, y fueron destacados en este artículo reciente de Time Magazine. Los resultados han variado, en parte dependiendo de los tipos de prácticas y resultados que el dinero incentivó. En total, parece que los estudiantes responden mejor a pagos por las prácticas que pueden controlar (como leer libros y asistir a la escuela) en comparación con resultados menos fáciles de controlar (como el rendimiento en exámenes). El análisis inicial sugiere que la premiación de buenas prácticas que puedan catalizar un mejor rendimiento en exámenes es un componente clave del éxito de programas de este tipo.
La idea de pago por mérito para estudiantes también tiene sus escépticos y críticos. Algunos dicen que el incentivo de pagar dinero en efectivo tergiversa el proceso de aprendizaje, y otros se preocupan por las posibles implicaciones una vez se terminen los fondos.
El equipo investigativo de Harvard y los cuatro distritos educativos esperan llegar mas allá de los programas pilotos y forjar “el inicio de una teoría de incentivos en educación urbana.” Aunque la practica de pagar a los estudiantes por su rendimiento es algo inédito en America Latina, la idea es parecida en muchos sentidos a los programas de transferencias monetarias condicionadas (como Bolsa Escola y Progresa / Oportunidades) que pagan a las familias por la asistencia escolar y visitas regulares al médico, y que ya son aceptados en más de una docena de países de América Latina.