Un mensaje de nuestro presidente
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REAFIRMANDO NUESTRA MISIÓN EN UN MOMENTO DE CRISIS EN LOS ESTADOS UNIDOS
El asesinato inadmisible de George Floyd por la policía de Minneapolis hace más de una semana fue un nuevo llamado de atención sobre los problemas sistémicos, incluyendo la injusticia racial profundamente arraigada, que persisten en Estados Unidos. Este trágico incidente provocó protestas en todo el país, una expresión de participación cívica e indignación sobre agravios legítimos que persisten desde hace mucho tiempo.
Es extremadamente angustiante que, en algunos casos, protestas mayormente pacíficas se hayan enfrentado con represión, el uso excesivo de la fuerza y la militarización de la seguridad pública. Tales respuestas son antitéticas al estado de derecho y deberían alarmar a todos los ciudadanos de convicción democrática, en los Estados Unidos y en todo el mundo.
La presente situación evoca los principios que han motivado al Diálogo Interamericano desde su fundación hace casi cuatro décadas. Con el trasfondo de regímenes militares, violencia política y exclusión estructural de segmentos de la sociedad por motivos de raza, clase y género, el Diálogo se propuso promover un hemisferio más justo y pacífico. Hemos trabajado incansablemente para abordar la erosión de prácticas democráticas fundamentales y la difícil situación de grupos marginados en muchos países de la región.
El Diálogo sigue comprometido con el fomento de la gobernanza democrática, la equidad social y la prosperidad, no solo en América Latina y el Caribe, sino en todo el hemisferio, incluso aquí en casa. Este espíritu guía los diversos esfuerzos del equipo y los miembros de el Diálogo. Los inquietantes acontecimientos en Estados Unidos en los últimos días son un claro recordatorio de que aún queda mucho trabajo por hacer.