Una sorpresa electoral histórica en Argentina

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Al momento de votar en las elecciones del domingo 26 de octubre, la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner dijo: ‘los argentinos votan en un país normal’. Tuvo razón. En una de las elecciones más sorpresivas desde el retorno de la democracia en 1983, Daniel Scioli –candidato del Kirchnerista Frente para la Victoria- apenas superó por 2 puntos a Mauricio Macri, jefe de gobierno de la ciudad de buenos aires y candidato por el frente opositor Cambiemos. Ambos se enfrentarán en el primer ballotage de la historia argentina el próximo 22 de noviembre.

Aunque nadie anticipaba este resultado, es posible presentar algunas explicaciones: 1) Scioli no fue capaz de ser al mismo tiempo el candidato del Kirchnerismo y el inicio de un nuevo ciclo político. 2) Tras aceptar la candidatura de Scioli, Cristina Kirchner privilegió la lealtad por sobre el atractivo electoral, e impulsó a candidatos impopulares para la vicepresidencia y la gobernación de la estratégica provincia de Buenos Aires que dañaron las chances del Frente para la Victoria. 3) Aunque el Kirchnerismo defiende el legado de sus 12 años de gobierno comparándolos con la crisis de 2001, los argentinos votaron pensando en el estancamiento económico de los últimos años.

La elección

Resultados

Tras 6 horas sin datos oficiales, cerca de la medianoche se confirmó lo inesperado. Contra lo que pronosticaban todas las encuestas, la diferencia entre Scioli y Macri fue mínima (36.8% contra 34.33%). Tercero se ubicó Sergio Massa, peronista disidente, con el 21.8%. Hasta el día de la elección la gran incógnita era si Scioli vencería a Macri por más o menos de 10 puntos -necesarios para triunfar en primera vuelta- pero la realidad estuvo muy lejos de eso. Scioli de hecho bajó casi 2 puntos respecto a los resultados de las primarias de Agosto, mientras que Macri superó en 4% los resultados de su alianza. La participación superó el 80%, históricamente alta.

La provincia de Buenos Aires

Sin dudas la mayor sorpresa de la elección fue el triunfo de la candidata de Cambiemos, Maria Eugenia Vidal, en la Provincia de Buenos Aires (que concentra el 37% de la población del país). Vidal –actual vicejefa de gobierno de Macri- será la primera gobernadora no peronista de la provincia desde 1987. Logró más votos que el propio Macri en la provincia, y venció por casi 5 puntos al candidato kirchnerista y actual jefe de gabinete de Cristina Kirchner, Anibal Fernandez. La impopularidad de Fernandez, un kirchnerista puro, sin dudas afectó las posibilidades de Scioli. Cambiemos además logro arrebatar al peronismo el control de varias ciudades del Gran Buenos Aires que gobernaba desde hace décadas.

El Congreso

El domingo también se renovó la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, claves para el próximo gobierno. En Diputados, el Frente para la Victoria perdió la mayoría absoluta pero seguirá siendo el bloque más importante. En el Senado, el dominio del kirchnerismo seguirá siendo absoluto. En ambas cámaras, Cristina Kirchner tendrá un grupo de legisladores que responderán de forma exclusiva a ella, incluyendo a su hijo Máximo Kirchner, que fue elegido diputado.

Las claves para la segunda vuelta

El desafío de Macri

Hasta hace pocos días, Mauricio Macri era criticado por no haber sido capaz de consolidarse como la alternativa a la continuidad del kirchnerismo representada por Scioli. Ahora, Macri encara la segunda vuelta con el impulso de su sólido resultado, que prácticamente evaporó la distancia que obtuvo Scioli en las primarias. A partir de ahora, Macri tendrá que acercarse a los votantes de Massa y convencer a muchos que no quieren una victoria de Scioli pero desconfían de Macri, y temen que encarne el regreso de políticas neoliberales que llevaron al colapso político y económico de 2001. Macri deberá atraer a estos sectores prometiendo que mantendrá ciertas políticas sociales aprobadas durante el kirchnerismo, y que será capaz de gobernar sin mayoría en el Congreso ni en las provincias.

El rol de Cristina Kirchner

¿Que hará la Presidenta de cara a la segunda vuelta? ¿Hará campaña por Scioli o preferirá un triunfo de Macri para mantenerse como líder de la oposición? Cristina Kirchner sigue siendo popular –alrededor de 50% de imagen positiva- y su influencia podría ser decisiva. Al mismo tiempo, si Scioli es derrotado en la segunda vuelta ella podría mantenerse como líder del peronismo, y asediar a un eventual gobierno de Macri desde la izquierda, aprovechando las medidas económicas –seguramente impopulares- que el nuevo gobierno deberá tomar para reencauzar la economía.

El dilema de Scioli

Los resultados dejaron en evidencia la dificultad política de Scioli, que es el candidato del kirchnerismo pero al mismo tiempo debe diferenciarse de las políticas de la presidenta y su esposo para ganar la elección. Durante su tiempo como gobernador de la provincia de Buenos Aires Scioli mantuvo una ambigüedad estratégica que le permitió mantener un perfil diferenciado, pero no fue suficiente para la campaña presidencial. La presencia de Carlos Zannini como su candidato a vicepresidente –impuesto por Cristina Kirchner- y de Anibal Fernandez como candidato a gobernador atrapó a Scioli en el kirchnerismo puro y diluyó su imagen de moderado, que deberá recuperar con urgencia.

La posición de Sergio Massa

El peronista disidente mantuvo el caudal de votos de las primarias y se convierte en el gran elector de cara a la segunda vuelta. Si bien Massa fue parte del gobierno kirchnerista, su triunfo en las elecciones legislativas de 2013 impidió a Cristina Kirchner obtener la mayoría necesaria para reformar la constitución y presentarse por tercera vez a la presidencia. El retorno de Massa al oficialismo parece, por lo tanto, improbable. Sin dudas, Massa exigirá a Macri concesiones en términos de políticas públicas y cargos políticos a cambio de su apoyo. Sin embargo, los votantes de Massa no necesariamente seguirán sus instrucciones, y una parte importante apoyará a Scioli.

El nuevo gobierno

Gane quien gane en noviembre, el escenario para el próximo gobierno será muy desafiante. Como hemos señalado anteriormente, la herencia económica que Cristina Kirchner le dejará a su sucesor es muy compleja: Una economía que no crece, una inflación superior al 25%, un creciente déficit fiscal, y escasez de reservas en el Banco Central.

Al mismo tiempo, el nuevo presidente deberá lidiar con un escenario mucho más fragmentado. Cristina Kirchner y su esposo gobernaron con un control casi absoluto de los resortes institucionales del estado, una sólida mayoría en el Congreso –exceptuando un breve paréntesis entre 2009 y 2011- y provincias en manos del peronismo. Si Macri triunfa, necesitará negociar con los gobernadores peronistas que triunfaron en la mayoría de las provincias, y alcanzar acuerdos legislativos que le permitan gobernar. Si triunfa Scioli, su desafío será desplazar a Cristina Kirchner y convertirse en el líder del peronismo.

Sea cual sea el resultado, los argentinos han votado por una distribución del poder político mucho más equitativa que la actual. La capacidad de forjar consensos será entonces la clave de los años por venir.


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