Políticas docentes en la República Dominicana

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El pasado 23 de abril EDUCA—Acción Empresarial por la Educación—presentó ante las autoridades educativas nacionales, empresarios, organizaciones sociales, rectores de universidades, comunidad educativa y opinión pública en general el documento El Estado de las Políticas Públicas Docentes: en la antesala de las transformaciones. Este documento, elaborado en el marco de un proyecto impulsado por el Diálogo Interamericano y apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo para Centroamérica y República Dominicana, tiene el propósito de instalar a la política docente como una prioridad en la agenda pública nacional, cualificar el debate y fortalecer los esfuerzos de la sociedad civil en favor de mejorar el diseño y la implementación de la política pública educativa.

Al evento asistieron más de 120 invitados, incluyendo autoridades del sector educativo, rectores de universidades formadoras de docentes, empresarios y medios de comunicación. Este éxito en la convocatoria evidencia la centralidad que el tema docente tiene hoy en la agenda educativa dominicana.

La República Dominicana vive hoy en día un profundo proceso de transformación de sus políticas educativas. Con la confirmación de la asignación del 4% del Producto Interno Bruto al sector educativo preuniversitario, a partir del presupuesto de 2013, ha llegado un aluvión de acciones simultáneas y vertiginosas en procura de transformar la realidad de la educación.* La incorporación en tan solo 4 años de un aula adicional por cada aula existente, la expansión del modelo de jornada escolar en tanda extendida, la transformación de los currículums, el cambio de la estructura del sistema y la profundización y mayor rigurosidad de los concursos para el acceso a los cargos docentes, son sólo una muestra de la multiplicidad de frentes abiertos que ha llevado a algunos analistas y actores de primer nivel a señalar que el país vive un proceso revolucionario en materia educativa.

En el marco de estas transformaciones la sociedad dominicana ha suscrito un Pacto Nacional para la Reforma Educativa en abril de 2014 con el objetivo de superar los obstáculos que en el pasado impidieron alcanzar los cambios que en diversas dimensiones del sistema educativo se conocen desde hace décadas.

La investigación realizada por EDUCA y el Diálogo Interamericano identificó avances en temas tales como el aumento en las exigencias de entrada a la carrera docente, el desarrollo de programas de capacitación continua, las estrategias para certificar las competencias de los educadores para crecer en el cargo, y las evaluaciones técnicas independientes. Además, el estudio contribuye a corroborar algunas certezas que ya se tenían en el pasado. Por ejemplo, que el tiempo de aula y el calendario escolar siguen sin ser cumplidos tal cual lo esperado, y tal cual lo exige un sistema orientado a la calidad.

Pero quizás el aspecto más relevante de este estudio sea amplificar la voz sobre dos elementos que ya manejaba la comunidad académica en torno a los temas de las políticas públicas docentes, pero que estaban en penumbras para la opinión pública. Estos son: (1) cuánto saben los educadores dominicanos; y (2) cuál es el esfuerzo que hace la sociedad para retribuir el trabajo de sus educadores.

En lo que respecta a cuánto saben los educadores dominicanos, el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), para el año 2013, desarrolló un estudio a partir del desempeño de las pruebas de matemáticas aplicadas durante los concursos docentes. En este estudio se evidenció que el 52.13% de los educadores no logró superar la barrera de los 60 puntos, y sólo el 1.18% obtuvo puntajes por encima del umbral de 90 sobre un máximo de 100 puntos posibles. Significativo es observar que este magro desempeño no presenta variaciones de acuerdo al grupo de edades de los docentes. Todavía más llamativo es el análisis del rendimiento en estas pruebas de matemáticas según el grado de estudio alcanzado por los educadores: en promedio, los bachilleres obtuvieron 49.28 puntos sobre un total de 100 posibles, mientras que aquellos con título de profesorado obtuvieron 46.02, aquellos con licenciatura 46.48, aquellos con especialidad 49.05, aquellos con maestría 45.56, y aquellos con doctorado el deshonroso desempeño de 32.55.

En cuanto al reconocimiento de la labor docente, el estudio muestra que, frente a los otros países estudiados (El Salvador, Guatemala y Honduras), los educadores dominicanos son los que mejor remunerados están cuando trabajan en jornada de tiempo completo y a dólares corrientes. Sin embargo, cuando en el marco de la difusión del documento mencionado se presentaba en los medios de comunicación la novedad de que un docente en la República Dominicana hoy gana 35% por encima del promedio del salario inicial de otras profesiones de carácter universitario, EDUCA se topó con el imaginario colectivo de que los educadores ganan mal. La realidad es que las condiciones han cambiado significativamente al punto que hoy en día el salario de un docente dominicano se ubica en los quintiles más altos de la sociedad.

No obstante, existe evidencia que los educadores reciben mucho menos dinero del que en los papeles está establecido. Entre los descuentos compulsivos figura el 1% de asignación que todo maestro vinculado a un cargo público educativo realiza al sindicato mayoritario de docentes. También existen los descuentos voluntarios, aquellos que se retienen por parte del Ministerio para honrar los compromisos que los educadores toman con la Cooperativa Nacional de Maestros. Al final, se percibe que los ingresos de los docentes caen de manera dramática. Por ejemplo, el 54% de los educadores recibe al final del mes menos de 190 dólares en sus bolsillos, a pesar de que su salario en teoría supera los 800 dólares. Tan sólo el 3.8% de los educadores dominicanos recibe en sus manos, mensualmente, más de 340 dólares de los 887 dólares que dicta su salario. Cabe mencionar que cualquier trabajador que desea tomar un crédito en instituciones bancarias, de acuerdo a la normativa vigente, tiene un tope de deuda establecido en el 40% de sus ingresos nominales.

Un magisterio altamente endeudado y con ingresos retenidos por su empleador evidentemente afecta su motivación y desempeño. Y lo curioso del caso es que es el propio Ministerio de Educación quien sirve, de forma involuntaria, a una práctica que contribuye no sólo a licuar en deuda incrementos salariales que tanto le cuesta a la sociedad dominicana otorgar a sus maestros, sino también a afectar la calidad de la educación producto de condiciones laborales que no favorecen a un ambiente de motivación y de compromiso con el derecho de todo niño, niña y adolescente a recibir una educación de calidad.

^Enrique Darwin Caraballo es el CEO de EDUCA, una organización que representa al sector empresarial en temas de educación en la República Dominicana.

*Previo al 2013, el Presupuesto a la educación preuniversitaria nunca había superado una asignación superior al 2,3% del PIB, a pesar de que  la Ley de Educación vigente desde 1997 preveía un presupuesto mínimo del 4% del PIB o 15% del Gasto Publico, el de mayor magnitud.


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