Este artículo también está disponible en:
Inglés
En un reciente editorial del Wall Street Journal, Eric Hanushek y el ex Secretario de Estado George Shultz, ambos asociados séniores a la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, resaltan los beneficios económicos de mejorar la educación primaria y secundaria (K-12) y sostienen que los Estados Unidos necesitan hacerlo. Al notar que el país obtuvo la posición 31º en las puntuaciones de matemáticas en el examen PISA 2009, los expertos estiman que mejorar el estado de la educación al nivel del vecino Canadá – que ocupa el décimo lugar – aumentaría enormemente el crecimiento del PIB durante los próximos 80 años.
Al abordar el tan debatido asunto de la creciente desigualdad en el país, los autores afirman que «si no logramos reformar nuestro sistema de educación K-12, estaremos dejando de resolver problemas de desigualdad que nos aquejarán durante décadas y si no por generaciones futuras”. Como ejemplo de la desigualdad educativa arraigada que ya existe, los autores observan que, en su estado natal de California, entre 2005 y 2009 sólo el 43% de los estudiantes latinos se graduó del colegio, y sólo el 10% de la universidad. A menos que se tomen medidas para mejorar las escuelas estadounidenses, ellos argumentan que «los problemas relacionados con la distribución de ingresos – incluyendo impuestos más altos y menos libertad en los mercados de trabajo y de capitales – serán un aspecto siempre presente y preocupante de nuestro futuro”.