Padres: La diferencia entre Microsoft y escuelas

˙ PREAL Blog

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Me pregunto si Bill Gates deja de lado un punto importante en su reciente columna de opinión en la que argumenta en contra de hacer públicos los resultados individuales de las evaluaciones docentes (como Nueva York ha comenzado a hacer).

Gates cree que hacer públicos los resultados individuales avergüenza a aquellos con puntajes bajos sin traer fines positivos. Lo compara con las prácticas de Microsoft, donde las evaluaciones de los empleados sólo se comparten con los gerentes, para «ayudar a los empleados a reflexionar sobre su desempeño, obtener una retroalimentación sincera y establecer un plan para mejorar.»Wendy Kopp, fundadora y directora de Teach for America, igualmente argumentó en su artículo reciente que solo los administradores deben ver y usar los resultados de evaluaciones docentes.

¿Pero no es Microsoft diferente de los sistemas escolares públicos en aspectos importantes? Los clientes de Microsoft pueden optar por comprar sus productos o los de otra empresa. Los productos se pueden juzgar por sus propios méritos (que son ampliamente difundidos), por lo que no necesitan información sobre el personal que los produce. Por el contrario, la mayoría de los padres que envían a sus hijos a las escuelas públicas (y, especialmente, los padres pobres) no pueden optar por ir a otra parte. Tienen que tomar los maestros que ofrece la escuela de su vecindario de cuyos méritos están escasamente informados. Para el momento en el que se den cuenta del impacto que un docente ha tenido sobre sus hijos, el daño ya puede estar hecho.

Es difícil argumentar que las escuelas públicas son parecidas a Microsoft. Gates deja de lado a los padres, cuyos intereses están directamente relacionados con la calidad del profesorado. Las familias ricas resuelven el problema de la calidad docente enviando a sus hijos a escuelas privadas costosas, o a escuelas públicas en urbanizaciones lujosas, donde es probable que los maestros hayan sido reclutados más cuidadosamente y que la gestión sea más eficaz. Los padres pobres tienen sólo las evaluaciones docentes. Así, aun cuando Gates podría tener razón al no querer hacer públicos los resultados individuales de las evaluaciones docentes (aunque no estoy convencido), tampoco reconoce que los padres tienen derecho a saber la calidad de los docentes de sus hijos.

Lea una respuesta al artículo de Gates escrito por Eric Hanushek de Stanford University aquí.

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