En Latinoamérica, el transporte impulsado por la electricidad está en su etapa temprana, con tan solo unos cuantos miles de vehículos circulando en toda la región. La mayoría de estos vehículos son utilizados por entidades corporativas o gubernamentales, taxis o transporte público, y tan solo unos cientos pertenecen a propietarios privados. Latinoamérica enfrenta muchas de las barreras de entrada típicas para expandir el uso de vehículos eléctricos y cuenta con pocos de los incentivos que han ayudado a la venta de los VE en otras regiones del mundo. Las barreras más importantes para la entrada son los altos costos de venta y la falta de infraestructura para la carga de baterías. Existe preocupación acerca de la capacidad de la malla eléctrica y la competencia de otras industrias también. Los incentivos actuales, tales como incentivos tributarios limitados y el uso restrictivo de las calles y carreteras, no han sido suficientes para compensar las desventajas en los ojos del público de adquirir un vehículo eléctrico.
Sin embargo, promover la expansión del transporte impulsado por la electricidad en Latinoamérica ofrecería muchos beneficios como la mejora de la calidad de aire y la salud pública, y jugaría un papel importante en la reducción de emisiones de carbono. Muchas ciudades en América Latina tienen graves problemas de contaminación del aire y su flota de vehículos todavía constituye de un gran número de automóviles antiguos e ineficientes. El sector del transporte es la fuente más grande de emisiones contaminantes del sector energético en la región, y la que crece más rápido. Al mismo tiempo la generación de energía eléctrica es mucho más limpia que en otras regiones del mundo, ya que depende en gran parte de hidroeléctricas y tiene muy poca generación por quema de carbón, lo que amplificaría el beneficio del transporte eléctrico. Aun en países donde los combustibles fósiles representan más del 50% de la matriz de generación eléctrica, por ejemplo México y Chile, la electrificación del sector transporte mejoraría la calidad del aire y reduciría las emisiones contaminantes.
Aunque el mercado de vehículos eléctricos es emergente hoy en Latinoamérica, a largo plazo los VE, en combinación con estándares más altos para la reducción de emisiones de combustión en los vehículos convencionales, mejor transporte público y mejores condiciones para los ciclistas y peatones, forman una parte crítica de una agenda de transporte limpio. Los cuatro países incluidos en el informe, Colombia, México, Brasil y Chile, son de los más avanzados en cuanto a la utilización y penetración de vehículos eléctricos en la región. Las políticas exitosas relacionadas al transporte eléctrico en estos países pueden servir de ejemplo para otros países de América Latina, y también demostrar lo que aún falta por hacer.
Un nuevo informe del Diálogo Interamericano destaca cuatro políticas en las cuales los gobiernos se deberían enfocar para promover la adopción de los VE:
Expandir los programas para vehículos eléctricos de alto uso, los cuales tendrían un impacto positivo en el medio ambiente y también sirven para demostrar la efectividad de la tecnología de vehículos eléctricos y crear confianza en el público.
Ofrecer mayores incentivos financieros, como la reducción de impuestos para los VE y para la instalación de estaciones de recarga en los hogares, para achicar la brecha entre el costo total de los VE y el de sus similares impulsados por derivados de petróleo.
Incrementar los incentivos no financieros, como más acceso a parqueos preferenciales y al uso de carriles exclusivos, y reforzar los estándares de eficiencia de los motores de combustión, para incentivar a los manufactureros a que inviertan en tecnología de vehículos eléctricos.
Incluir vehículos eléctricos en los planes de desarrollo a largo plazo para los sectores de transporte y energía, y incluir los vehículos eléctricos en planes para frenar el cambio climático.
Después de la conferencia global sobre clima COP21, los gobiernos deben desplazar su atención hacia cómo lograrán cumplir con los compromisos realizados en París. Un concepto es central en alcanzar esta meta: la innovación.
Este artículo también está disponible en: InglésEl transporte eléctrico es una parte fundamental de una agenda de transporte que puede poner a Colombia en el camino hacia mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta fue la principal conclusión del 2do Foro Anual…
América Latina enfrenta algunos de los más serios desafíos para frenar las emisiones, pero muchos de los países latinoamericanos también poseen entre las mejores oportunidades para alcanzar sus objetivos climáticos.