Una supuesta maldición china dice “ojalá vivas tiempos interesantes”. A juzgar por los cambios que refleja la encuesta 2017 del Grupo de Diarios de América (GDA), la maldición se está cumpliendo.
Por segundo año consecutivo, Donald Trump está al tope de las noticias y personajes relevantes en la encuesta GDA. Un año después de su llegada a la Casa Blanca, Estados Unidos atraviesa un período de polarización social, creciente desigualdad y deterioro institucional como pocos en su historia. Trump, hay que aclararlo, es tanto causa como consecuencia de esta situación, que viene gestándose desde hace tiempo. El país vive pendiente de los infantiles tweets matutinos de su presidente, y de la investigación del fiscal especial Mueller sobre el rol de Rusia en la llegada de Trump al poder. Una combinación entre lo grotesco y sospechas de corrupción digna del tan denostado “tercer mundo”.
Pero, además, Trump parece decidido a que EE UU abandone el liderazgo global que asumió tras la segunda guerra mundial. El amateurismo de su política exterior, su rechazo a las normas internacionales más elementales y los insultos gratuitos a países aliados así lo prueban. Dos de las noticias destacadas por la encuesta GDA 2017 evidencian este lamentable estado de cosas: El manejo que ha hecho Trump de la crisis nuclear con Corea del Norte, con una retórica digna de los reality shows que hicieron famoso al presidente, y la retirada de EE UU del Acuerdo de Paris sobre cambio climático.
¿Cómo seguirá esta historia? Como señala la encuesta GDA, las elecciones legislativas de 2018 serán cruciales. Si Trump sigue teniendo el respaldo de las bases Republicanas, y los Demócratas continúan sin liderazgo ni ideas para enfrentarlo, la actual situación podría prolongarse.
As global oil prices collapsed over the last two years, regional governments have started to lose their leverage in the energy industry. To attract international investors, they must offer increasingly favorable terms, which means ceding more of their own control.
As Latin American countries reassess their energy policies in light of lower oil prices, there is an opportunity to apply lessons learned from the US experience to enact regulations that mitigate environmental risks, strengthen public support, and attract investment.
The election of President Mauricio Macri may signal the start of a new era in Argentine energy policy and cooperation with the United States, but the new government still faces challenges to increasing oil and gas production and erasing energy subsidies.