¿Significa algo la visita de Obama en el contexto político de los Estados Unidos?
Temas me ha preguntado si la histórica visita del presidente Barack Obama a Cuba y el momento en que se realiza debe ser analizada en términos de la política interna de los Estados Unidos, como ha sido el caso tan a menudo con la política de Washington hacia Cuba.
Creo que esencialmente no es así. De hecho, un aspecto notable del proceso de distensión de las relaciones Estados Unidos-Cuba es lo poco que se ha discutido en el discurso estridente de la política norteamericana. El único candidato que puntualmente criticó la apertura del presidente Obama hacia Cuba fue el senador Marco Rubio, cuya candidatura terminó después de su decisiva derrota en la Florida, su estado natal, por lo que su postura bravucona en relación con Cuba no lo ayudó. Otros candidatos republicanos, aunque por regla general son críticos de la política internacional de Obama, no le han dado mucha importancia a su apertura hacia la Isla, quizás porque comprenden que la mayor parte de los votantes, incluyendo la mayoría de los cubanoamericanos en la Florida, consideran sensato aceptar esa realidad, que permite mayor relevancia de los Estados Unidos para el futuro de Cuba que si persiste en una política fallida de negación. Los dos precandidatos demócratas, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton y el senador por Vermont Bernie Sanders, han apoyado la iniciativa de Obama, con Sanders urgiendo que rápidamente se extienda más allá eliminando el resto del embargo económico norteamericano, mientras que la Clinton ha reciclado sus conocidas invocaciones sobre derechos humanos y democracia como temas claves en las relaciones entre los dos países, sin sugerir ningún cambio en el enfoque de Obama.