Qué tiene que hacer Trump para que la Cumbre de las Américas valga la pena

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UN ISDR / Flickr / CC BY-NC-ND 2.0

La semana pasada la Casa Blanca confirmó que el presidente de Estados Unidos Donald Trump asistirá a la Cumbre de las Américas que se celebrará el próximo mes en Perú. Al hacerlo, seguirá el ejemplo de todos los presidentes de ese país desde Bill Clinton, quien fue el anfitrión de la primera de esas reuniones, en Miami en 1994. Los predecesores de Trump han abordado la cumbre —que es la única reunión de los jefes de Estado del hemisferio occidental— como una oportunidad obvia de buscar el progreso de los intereses de Estados Unidos en el vecindario.

Sin embargo, a diferencia de los presidentes Clinton, George W. Bush y Barack Obama, Trump irá a la cumbre con una carga adicional considerable, lo que aumenta los riesgos. Su participación podría incluso terminar siendo contraproducente para el objetivo principal de la reunión, que es promover los derechos humanos, la democracia y la diplomacia al interior del continente americano.

Tal vez la Casa Blanca sea consciente de esto, lo que podría explicar por qué la asistencia de Trump se confirmó hasta hace poco. Para que el viaje del presidente valga la pena —o por lo menos no sea dañino—, el gobierno debería analizar profunda y detalladamente por qué las expectativas en la región son tan bajas.

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