La tasa de homicidios de Ecuador se disparó casi un 300 por ciento entre 2019 y 2022. Se muestra la escena de un crimen en Ecuador. // Foto de archivo: Policía Nacional del Ecuador.

La tasa de homicidios de Ecuador se ha disparado en los últimos años, aumentando casi un 300 por ciento entre 2019 y 2022, según la Policía Nacional. Aproximadamente el 83 por ciento de los asesinatos están relacionados con el narcotráfico, dijo el ministro del interior, Juan Zapata. ¿Por qué han escalado tanto los homicidios en los últimos años en Ecuador? ¿Qué está haciendo el gobierno del Presidente Guillermo Lasso para revertir la tendencia y qué más debería hacer? ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las autoridades de Ecuador para bajar la tasa de homicidios?

Ivonne A-Baki, embajadora de Ecuador en Estados Unidos: “Una vez asumió el poder, la primera prioridad del Presidente Guillermo Lasso fue consensuar en el Consejo de Seguridad Pública y del Estado, organismo en el que están representados todos los poderes del estado, una férrea política para combatir la delincuencia organizada y el narcotráfico. Esto partía del reconocimiento que este flagelo afecta la gobernabilidad, la democracia y la estabilidad económica y social del país, por lo que era necesario enfrentar directamente este problema y recuperar el imperio de la ley. Los buenos resultados alcanzados en esta lucha, que ha permitido decomisar alrededor de 370 toneladas de cocaína en el último año y medio, también han tenido como consecuencia una mayor actividad de los grupos criminales, que buscan debilitar las acciones del gobierno. Según el Ministerio del Interior, el 83 por ciento de las muertes intencionales en Ecuador están relacionadas con el narcotráfico y los grupos de delincuencia organizada. En este contexto, el gobierno nacional ha aprobado una Estrategia Comprehensiva por la Seguridad y la Paz, la cual busca fortalecer, entre otras cosas, las capacidades de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas ecuatorianas y ha constituido una Secretaría de Seguridad Pública y del Estado para coordinar las acciones conjuntas de lucha contra el crimen organizado La referida estrategia incluye una inversión de $5,000 millones en tres años, la cual incluirá fondos públicos y cooperación internacional. El gobierno ecuatoriano ha destacado en múltiples foros internacionales y reuniones bilaterales, incluyendo en la reciente reunión entre los Presidentes Lasso y Biden, que es necesario reconocer una responsabilidad y una carga compartida para enfrentar esta problemática regional y global, por lo que Ecuador espera contar con recursos y cooperación de socios internacionales para apuntalar su estrategia de lucha contra el crimen organizado transnacional.”

Carolina Solís, consultora de Cáritas Ecuador: “Se evidencia que, durante los últimos cinco años, Ecuador ha pasado de ser un país de tránsito de drogas a convertirse en un país de operación y logística, financiado por grandes carteles en Colombia y México. Sin embargo, la muerte de cabecillas ha generado disputas internas y fragmentación en grupos criminales que se encuentran en guerra, evidenciándose tanto en muertes violentas dentro y fuera de las cárceles. A esto se suma, la infiltración de las bandas criminales dentro de órganos de control como policías y militares, obteniendo información privilegiada sobre las operaciones de control. Ante esta situación, el gobierno ha buscado implementar mecanismos de respuesta como Estados de excepción para militarización de centro penitenciarios y zonas con alta tasas de homicidios, la implementación de tribunales especializados anticorrupción y crimen organizado, el desarrollo de una consulta popular que enfoca entre sus preguntas el tema de extradición por delitos relacionados al narcotráfico, y la identificación de asistencia técnica y financiera desde la cooperación internacional. Sin embargo, se evidencian varios obstáculos para poder generar medidas que disminuyan la tasa de homicidios. En primer lugar, la falta de un plan de acción que contemple todas las aristas del crimen organizado sumado a la debilidad institucional del gobierno y los órganos de control. Se ha evidenciado la falta de recursos y equipamiento para militares y policías, así como la existencia de corrupción al interior de estas instituciones. Por último, se evidencia que la crisis económica sumado a altos porcentajes de pobreza, desempleo y subempleo sigue siendo una de las raíces que se debe atacar para que la ciudadanía en general, con énfasis en jóvenes y personas en situación de vulnerabilidad, no formen parte de las bandas criminales.”

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