Lo que significa el ‘Brexit’ para Latinoamérica

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El pasado jueves, 23 de junio, el Reino Unido hizo lo que muchos analistas desde hace tiempo consideraban impensable: votó a favor de una salida de la Unión Europea. Sentimientos de ira, confusión, shock y culpa circulan en aproximadamente iguales dimensiones entre los círculos políticos tradicionales de Londres. Mientras la élite Británica se tambalea por las implicaciones del voto, el resto del mundo debe luchar contra las ondas expansivas del acontecimiento. La situación para Latinoamérica no es nada distinta. Las consecuencias impactarán al futuro político y económico de la región en diferentes maneras, la mayoría de las cuales probablemente serían negativas:

  • La incertidumbre, por encima de todo, debería ser el temor principal. Es difícil predecir los efectos del Brexit sobre Latinoamérica justamente porque los resultados son inciertos para todos. La Gran Bretaña ha tomado un gran salto hacia lo desconocido, y puede ser que arrastre al resto del mundo junto con ella. En términos políticos y económicos, los contornos de la siguiente década acaban de nublarse. Para América Latina, esto quiere decir que habrá inestabilidad en los mercados financieros, vulnerabilidad en los sectores de exportación, y un incremento en los costos de préstamos. México ya se ha movilizado para reducir su gasto público por $1,680 millones de dólares y así intentar de apaciguar a los mercados y reducir sus déficits, y es probable que otros países sigan su ejemplo. Con suerte, los mercados se ajustarán pronto, y los costos a largo plazo serán limitados. Pero para una región que ha sufrido luchas en su búsqueda por un camino fijo y por encontrar un lugar en el mundo después de un sinnúmero de años difíciles, esta volatilidad renovada es presagiosa.
  • Nuevos vientos en contra pueden alzarse para la economía global, y una reacción en cadena de factores económicos puede dar la vuelta al mundo y llegar a Latinoamérica. Como describe The Economist: “una economía Europea debilitada, sin lugar a dudas, afectará a las exportaciones chinas (…) y mientras las monedas Europeas se debilitan,  pueden renovar una depreciación del yuan”. Latinoamérica ya ha sentido el golpe de una deceleración en la economía y moneda china, y más deterioración puede llegar a ser algo desastroso para los sectores de exportación, especialmente en Brasil.
  • El comercio con el Reino Unido y las negociaciones entre la UE y Mercosur también pueden entrar en riesgo. Mientras que el comercio regional con el Reino Unido es limitado, siendo más o menos 0.65% del total de exportaciones regionales, varios países están más expuestos al mercado Británico que otros, especialmente Colombia y Brasil. Otro factor a considerar es el nivel de inversión extranjera. Por ejemplo, el 18% dela inversión extranjera directa del Perú viene del Reino Unido. Sin embargo, Latinoamérica podría, sorprendentemente, beneficiarse del Brexit en este sentido si los flujos de capital Británicos tornan hacia otras regiones. De manera más importante, el decadente bloque comercial Mercosur está en el medio de un último esfuerzo para reiniciar las negociaciones que han estado en espera por 16 años para un acuerdo comercial con la Unión Europea. Europa, en general, es el inversor principal y el segundo socio comercial más grande de América Latina. El caos alrededor del Brexit puede que hunda al pacto. Este golpe llega justo en un momento en el que, gracias en parte a los cambios de liderazgo en Argentina y Brasil, Suramérica se está calentando para entrar en comercio con Europa. Encima de esto, la Unión Europea es el modelo explícito a seguir para el Mercosur, y el Brexit podría reducir el entusiasmo de sus miembros aún más. Para ser justo, un trato comercial entre el Mercosur y el Reino Unido ahora es posible, pero un acuerdo como tal sería poco más que un premio de consuelo.
  • Un dólar más fuerte y una baja en el precio del petróleo son las consecuencias prácticamente inevitables de la fuga de libras esterlinas y euros. Los precios del petróleo ya han caído por 4.4% de la noche a la mañana, aunque desde entonces han recuperado algo de terreno. Esto tiene implicaciones negativas para los productores de petróleo en el continente – principalmente Venezuela, que ya está en el camino de su propia crisis, y también Colombia, Ecuador, Brasil, y México – y también para cualquier gobierno que tenga deudas denominadas en dólares. La combinación de estas dos consecuencias significa que un default en Venezuela es aún más probable. El Brexit también es una preocupación para los países que dependen de importaciones de los Estados Unidos, especialmente si la apreciación del dólar se junta con una reducción en los niveles de crecimiento económico en EEUU. Al mismo tiempo, las tesorerías Latinoamericanas pueden encontrar un consuelo en los informes que indican que el Brexit podría posponer otra alza de tasas de parte de la Reserva Federal de Estados Unidos hasta el 2017, lo cual pondría una presión hacia abajo en las tasas de interés.
  • Agitaciones políticas, el efecto dominó, y el ascenso de los populistas podrían ser las implicaciones más preocupantes del Brexit a nivel mundial y para la región. Aunque Latinoamérica tiene, sin duda, mucho menos que perder como consecuencia del desgaste de la alianza transatlántica que los Estados Unidos y Europa, los líderes Latinoamericanos igual deberían preocuparse por lo que vendrá después en la política. El voto ya ha inspirado a la extrema derecha en Europa, incluyendo a Marine le Pen en Francia y Geert Wilders en los Países Bajos, y una recesión venidera en el Reino Unido o Europa podría terminar siendo algo que les otorga más poder. Otros países europeos muy plausiblemente podrían seguir los pasos del Reino Unido, y así alterar el orden político mundial de forma permanente y radical, mientras que la voluntad de los votantes británicos de desafiar abiertamente un virtual consenso entre expertos económicos y políticos de “permanecer” debería levantar cejas por doquier. El presidente del grupo Eurasia, Ian Bremmer, llamó al Brexit “el riesgo político más significativo que el mundo ha sentido desde la crisis de los misiles en Cuba”. Más inestabilidad en Europa, una OTAN debilitada, una Rusia más empoderada, y fallas lineares inciertas en la geopolítica son circunstancias que complican a América Latina, y que podrían contribuir a más fragmentación regional dentro de la región. Para muchos Latinoamericanos, sin embargo, el peor resultado sería que la sorpresa populista del Brexit sea un presagio de las elecciones presidenciales estadunidenses. Un voto similar a favor de Donald Trump tendría implicaciones preocupantes y mucho más directas para los intereses de América Latina.
  • El ocaso del tratado de comercio transatlántico (TTIP) entre los Estados Unidos y la UE, aun así no sea un impacto cierto del Brexit, podría también ser más probable. El caos en Bruselas hace que las negociaciones del tratado sean más difíciles, y esta sorprendente muestra de fortaleza en contra de la globalización debería hacer que los políticos a favor del libre comercio en ambos lados del Atlántico reconsideren su cálculo, al menos si buscan evitar sufrir el mismo destino de David Cameron. Sin embargo, puede que esto sea un hecho positivo para Latinoamérica. En efecto, según la Fundación Bretelsmann, el tratado puede ser una amenaza para América Latina, particularmente para “países que intercambian comercio extensamente con EEUU”. Según el reporte, si los Estados Unidos y la Unión Europea logran llegar a un acuerdo, “América Latina podría perder su acceso privilegiado a los mercados estadounidenses”. Mas si el TTIP resulta ser una víctima del Brexit, los mercados latinoamericanos podrían tener al menos una razón para celebrar.

Con todo lo dicho, vale la pena recordar que el divorcio anglo-europeo tiene a duras penas 12 horas de edad. Las próximas negociaciones para establecer una nueva relación entre el Reino Unido y la UE tomarán años, y no sabremos muchas de las consecuencias de la ruptura por al menos esa cantidad de tiempo. Siempre existe la posibilidad de que el proceso sea más blando de lo que se espera, y las predicciones apocalípticas pueden solo ser hiperventilaciones. Bien podría ser posible que el Reino Unido y la UE lleguen a un acuerdo relativamente rápido que preserve muchas de las características principales de su relación. Además, los proponentes de la integración pueden mantener la esperanza que, si la experiencia de la Gran Bretaña llega a ser dolorosa, otros países aprendan de su ejemplo.

De todas formas, los latinoamericanos deberían prestar una atención cercana y cautelosa al Brexit. No están inmunes a la lluvia.