The Earthquake’s Impact on Remittances
The earthquake in Haiti has exacerbated an existing distress during the international recession and increased uncertainty of what to do and how to help.
La movilidad de las personas entre fronteras y territorios nacionales, históricamente han constituido el test de la elasticidad y calidad de un régimen político. Es decir, la magnitud y ámbito de la libertad de movimiento ha dependido de la discrecionalidad soberana del ejercicio de la autoridad del Estado. Las autoridades políticas han pautado cómo y quién entra y sale de un territorio.
En este siglo XXI, y en coincidencia con la observación de Saskia Sassen (Expulsions, 2018) la exclusión y la expulsión son dos determinantes de la forma en como la gobernabilidad democrática está operando en el mundo y las Américas en particular. Hay que tomar en serio la migración.
En algunos contextos esta exclusión y expulsión resulta del extremo deterioro de la estructura estatal, llevando a muchos países en condiciones de Estado fallido, así como de la ausencia de consenso o la polarización social y política sobre el tipo de sujeto político que conforma la sociedad moderna.
Exclusión y expulsión en el origen
Entre ocho a diez países de América Latina y el Caribe conforman casi la mitad de la migración latinoamericana y estos tienen en común un fuerte deterioro de sus estructuras institucionales y estatales, con la dificultad o falta de voluntad de proteger o dar albergue mínimo a sus constituyentes: el Triángulo Norte de Centroamérica, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Haití, y Bolivia y Colombia.
La continuidad de modelos obsoletos de crecimiento económico, plasmados de fuertes economías informales, con redes del crimen organizado bien establecidas, y una fragmentación profunda de la autoridad política haciendo prevalecer el ejercicio de la violencia como forma de control, han creado condiciones perversas para la expulsión de personas.
Exclusión y expulsión en el destino
Entre ocho a diez países de América Latina y el Caribe conforman casi la mitad de la migración latinoamericana y estos tienen en común un fuerte deterioro de sus estructuras institucionales y estatales, con la dificultad o falta de voluntad de proteger o dar albergue mínimo a sus constituyentes: el Triángulo Norte de Centroamérica, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Haití, y Bolivia y Colombia.
La continuidad de modelos obsoletos de crecimiento económico, plasmados de fuertes economías informales, con redes del crimen organizado bien establecidas, y una fragmentación profunda de la autoridad política haciendo prevalecer el ejercicio de la violencia como forma de control, han creado condiciones perversas para la expulsión de personas.
Centro América, Venezuela y Haití son ejemplos claves.
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*Texto basado en una conferencia dictada en la Universidad para la Paz, en San José, Costa Rica, 31 de enero 2020.
The earthquake in Haiti has exacerbated an existing distress during the international recession and increased uncertainty of what to do and how to help.
The question remains if Mexico has achieved a degree of institutional development consistent with its participation in those organizations.
Focusing on transnational crime is a top priority of the Obama administration’s policy in Latin America.