La enseñanza para el éxito: Políticas docentes en Shanghái y lecciones para América Central

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La calidad de los maestros es una de las variables que más influye en el aprendizaje de los estudiantes. Como resultado, los sistemas educativos en todo el mundo están prestando mucha atención a las prácticas de los países que tienen los mejores profesores. Shanghái, uno de los sistemas educativos con los mejores resultados de aprendizaje de todo el mundo, apoya a los docentes con un marco integral de desarrollo profesional que incorpora múltiples niveles de formación continua, evaluaciones de desempeño regulares, y un escalafón de carrera estructurado con mecanismos para que los docentes progresen en sus carreras. En contraste, nuestra serie de informes de políticas docentes ha encontrado que en América Latina, si bien se han hecho avances en mejorar las políticas docentes y crear consenso en torno a su importancia, perduran varios desafíos.

Este informe, publicado con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, analiza las formas en que Shanghái ha logrado desarrollar y fortalecer su fuerza docente, e identifica posibles lecciones para los países de América Central.

Recomendaciones:

Preparar el campo para una enseñanza efectiva: Se deben establecer mecanismos de política para fortalecer los elementos fundamentales que atraigan y garanticen una calidad aceptable de docentes. Por ejemplo, definir claramente los estándares educativos para estudiantes y profesores, y regular las instituciones de formación docente con un énfasis en la producción de nuevas habilidades. Otra lección que se puede tomar del caso de Shanghái es asegurarse que la formación docente pre-servicio incluya más experiencia práctica en el aula además del aprendizaje teórico.

Aumentar el tiempo de la enseñanza: Sabemos que en los países centroamericanos se utiliza mucho tiempo en prácticas administrativas como mantener el orden en el aula y controlar la asistencia, lo cual detrae del tiempo dedicado a la instrucción pedagógica, y se utilizan métodos de enseñanza que pocas veces toman en cuenta las diferencias de aprendizaje individuales. Estrategias comunes en Shanghái pero también en otras propuestas como el Modelo Escuela Nueva incluyen la redefinición del docente como “facilitador”, el aprendizaje colaborativo en grupos, y las evaluaciones diagnosticas regulares que permitan la atención personalizada a estudiantes con dificultades.

Gestionar para un buen desempeño: El buen desempeño sólo se puede garantizar mediante evaluaciones docentes rigurosas. En América Central se aplican evaluaciones estandarizadas que producen datos extensos sobre el rendimiento estudiantil, pero aún hay mucho margen de mejora. En Shanghái todas las escuelas monitorean el desempeño docente de forma integral utilizando varios indicadores (i.e. los resultados de pruebas estudiantiles, la participación de docentes en actividades de investigación, medidas de interacción con los estudiantes y observaciones en el salón de clases) cuyos resultados se incluyen en el archivo de cada docente y ayudan a informar posibles recompensas o castigos.

Desarrollar insumos e infraestructura para fomentar la equidad educativa: Los países centroamericanos deben asegurarse de que las poblaciones vulnerables sean atendidas por docentes de calidad, y los casos latinoamericanos que se han enfocado en la formación docente de las escuelas más vulnerables, se han obtenido buenos resultados. Shanghái tiene varias iniciativas para asignar docentes en escuelas de difícil dotación de personal, como transferencias flexibles y rotaciones temporales, acompañadas de incentivos como ofrecer admisión prioritaria a estudios de postgrado al personal transferido, acelerar ascensos en el rango docente, ofrecer estipendios y compensación monetaria, entre otros.

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