Hacia una educación de calidad para todos
La educación de calidad es uno de los mayores desafíos para América Latina, y también una de las mayores oportunidades.
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En el Triángulo Norte, los agricultores rurales de subsistencia, las mujeres, las comunidades étnicas y los jóvenes se ven desproporcionadamente afectados por el cambio climático, según un informe realizado por el Diálogo Interamericano, haciendo hincapié en la justicia climática y en la mitigación de los impactos en las comunidades vulnerables.
Elaborado a partir de las valiosas aportaciones de los miembros del Grupo de Trabajo sobre el Cambio Climático en el Triángulo Norte, coordinado por el Diálogo, el informe describe los efectos del cambio climático en sectores claves, como la agricultura y la silvicultura, las infraestructuras y la energía, y las finanzas, y examina cómo afecta a las comunidades. Este grupo de trabajo incluye a un grupo diverso de representantes del Triángulo Norte, entre los que se encuentran representantes de organizaciones medioambientales, comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes, activistas juveniles y destacados ex funcionarios gubernamentales y líderes empresariales, así como expertos técnicos.
Los impactos del cambio climático están exacerbando males endémicos como la pobreza, la desigualdad, y la desnutrición, y las investigaciones sugieren cada vez más que el cambio climático es un factor importante que contribuye a la migración interna y externa, principalmente hacia los Estados Unidos. Los fenómenos meteorológicos extremos repercuten en la productividad agrícola y forestal, sobre todo para las micro, pequeñas y medianas empresas que tienen una tecnología y un acceso al capital limitados para adaptarse. El cambio climático amenaza el modo de vida de muchas comunidades indígenas y de otras etnias, la mayoría de las cuales viven en zonas rurales y dependen de la agricultura de subsistencia y de los recursos naturales. El clima extremo también daña la infraestructura, amenazando el acceso a la vivienda y a la electricidad de las poblaciones urbanas que carecen de recursos para mejorar sus hogares. Las inundaciones y las sequías ejercen presión sobre el limitado suministro de agua, especialmente en las comunidades pobres. Los jóvenes se enfrentan a la disminución de las oportunidades en zonas rurales y al empeoramiento de las condiciones de vida en las zonas urbanas.
Los gobiernos del Triángulo Norte han elaborado planes de adaptación, pero la capacidad institucional para ejecutar programas de preparación al cambio climático es muy limitada. Además, los gobiernos de la región dependen principalmente de la escasa financiación nacional para cubrir los costos de adaptación, mientras que pocas empresas privadas están invirtiendo sumas suficientes en la adaptación de sus negocios al cambio climático. Los donantes internacionales, incluidas varias agencias estadounidenses, y las instituciones financieras internacionales apoyan los esfuerzos de adaptación al clima, pero se necesita más ayuda.
El informe concluye con recomendaciones específicas de ayuda a corto y largo plazo por parte de Estados Unidos, incluyendo:
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