El malestar creciente entre los altos funcionarios, la corrupción desenfrenada y las purgas, revelan que no hay salida con Ortega y Murillo. El reto radica en aprovechar las crecientes debilidades, las posibles rupturas y recuperar espacios en miras de devolver la confianza y la autoestima al pueblo para presionar por un cambio político.
Para un país pequeño como Nicaragua, con menos de 150,000 negocios formales, la imposición de impuestos, aun en medio de pandemia y crisis económica, ha sido una guerra frontal del Estado en castigo por su patriotismo por el cambio democrático.
Los países miembros de la recién creada Alianza para el Desarrollo en Democracia tienen un compromiso político, moral y económico de rescatar la democracia del secuestro de los autócratas.
Varios países en Centroamérica están demostrando preocupantes señales de desestabilización política y la comunidad internacional tiene varias herramientas legales que puede usar para reforzar el proceso democrático.
Se cumple el 20º aniversario de la publicación de la Carta Democrática que proclamaba el fortalecimiento y la defensa de los principios básicos de la democracia en el continente. Su eficacia como mecanismo colectivo de defensa de la democracia debe ser medida teniendo en cuenta la realidad de nuestros países.
Una recorrida por la Latinoamérica de la ultima década nos obliga a preguntar si la tercera ola democrática ha llegado a su fin y el péndulo ya se encuentra nuevamente del lado autoritario.